sábado, 25 de febrero de 2017

“La cura siniestra” Empieza bien, se enreda y sale aburrida

  
Esta es la triste historia que contome un día el viejo enterrador de la comarca: que una gran empresa al estilo J.P.Morgan tiene problemas, que el jefe es el mayor poseedor de acciones y que, al advertir que la ley le va a entrar como a la conga, los socios deciden echarle la culpa al jefe, pero, como el tal estaba en un sanatorio en un alto castillo en Suiza o alrededores, mandan a un aplicado aspirante a socio a que lo traiga a como de lugar.
Y llega el chico a lo alto, pero no le dejan ver al jefe, decide ir al pueblo para llamar a sus jefes por teléfono y ahí es cuando… un accidente y ahí tenemos al joven con una pierna enyesada que no se puede ir, y empiezan a pasarle cosas,  pero esas cosas son cada vez más descabelladas hasta que llega el momento en que deseamos que se lo lleve el diablo, pero a quien se lleva el diablo es a mí, de puro aburido.
Y que Gore Verbinski no era un mal director, pero con este folletín para trabajar ni Orson Welles, ni Truffaut, ni Fellini hubiera sacado jugo.
Eso es “The cure of wellness”, que con buen viento se pierda.
“La cura siniestra” Dirección: Gore Verbisnki; Guion:Justin Haythe; Fotografía: GRaig Bazzelli; Musicalización:Benjamín Wallfisch; Intérprtes: Dane De Haas, Mia Goth.Jason Isaac, Ivo Mondi.

Clasificación: Mediocre

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