sábado, 18 de abril de 2015

El intermediario: no… ¡pero otra vez!

Desde hace ya muchos años estamos enterados (porque no es un secreto, no porque tengamos acceso a pormenores ocultos) de que las grandes compañías productoras de cine hacen, de cuando en vez, encuestas entre la gente común y corriente para conocer los gustos, las nuevas tendencias sobre los jóvenes en USA. Y esas encuestas las hacen con ellos porque son los que llenan las salas de cine, son sus clientes favoritos y para ellos, en términos generales, producen.
Y todo parece indicar que los héroes de carne y hueso, pero que rozan lo increíble a pesar de ello en sus maravillosas hazañas, son de la preferencia de esos chicos y, para que vean cómo se cocinan las cosas en Hollywood, esos héroes los prefieren interpretados por sus intérpretes veteranos, no por jóvenes actores buenos mozos y fortachones.
Eso explicaría, entonces, toda esa sarta de películas interpretadas por ídolos y no tan ídolos que pasan de los 50 años y que, gracias a la “magia” portentosa de los dobles y de los trucos de cámara y las nuevas técnicas para la creación de efectos especiales inunda nuestras pantallas, que son las mismas de todo el mundo, porque, en materia de distribución, para ese tipo de producto enlatado (no para el mejor cine latinoamericano, no para el mejor cine europeo, asiático o africano y el mismo norteamericano) somos tan abundosos como Chicago, Barcelona, Tokio, Buenos Aires o Londres.
Es esa la muy simple razón por la cual nos invaden Liam Neeson, Denzell Washington, todavía Bruce Willis y otros, a los que se agrega ahora un actor de estirpe que decidió, todo parece indicar, ganarse unos suculentos millones haciendo lo mismo que los ya mencionados.
Las características de estos personajes son las mismas: antes, o sea, cuando eran jóvenes (o no tanto), eran agentes policiales, miembros de la CIA o el FBI, asesinos a sueldo de la mafia en algunos de sus ramales, están retirados, ahora son ciudadanos normales y comunes que hacen una vida rutinaria o, por lo menos, que no andan en malos pasos, quieren vivir tranquilos pero, qué barbaridad, cómo es la Humanidad de perversa, no pueden hacerlo, no les dejan ser buenos y entonces, como es natural, tienen que recurrir, para vengarse de los otros más malos que ellos o por Arte de birbiriloque, a sus algo ajadas destrezas de juventud y con ello, como es “natural”, barren con media humanidad villana en menos de dos horas.


http://www.listindiario.com/entretenimiento/2015/4/17/363899/El-intermediario-no-pero-otra-vez

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