martes, 30 de julio de 2013

Una vida de película: Armando Almánzar Rodríguez cumple cincuenta años en la crítica de cine.


Santo Domingo, 30 de julio de 2013-  El jueves 1ro. de agosto de 1963, con el inicio de la nueva etapa del periódico Listín Diario, se estrena Armando Almánzar Rodríguez en la crítica de cine, gracias a la benevolencia de don Rafael Herrera, director del renacido diario.
Ese jueves de 1963 aparece Cine, como se llamó la columna por muchos años, y Almánzar Rodríguez escribió sobre la película Primavera Romana de la Sra. Stone (The Roman spring of Mrs. Stone), basada en una novela de Tennessee Williams.  Y desde ese momento en su rol de crítico, se empeña en calificar sin ambages cada film que tiene la oportunidad de ver:  “Primavera Romana ha resultado decepcionante para nosotros, pues era de esperarse mucha mayor calidad en una realización que, como esta, contaba con tan buenos elementos en el papel”.
Armando recuerda con detalles la entrevista que sostuvo con Don Rafael Herrera para tener la oportunidad de publicar sus críticas en el Listín Diario, así como los consejos que recibía de Herrera. “El me abrió las puertas al público”, comentó recientemente, agregando que a la entrevista fue acompañado de su amigo Alberto Perdomo.
Este inicio, en 1963, de Armando Almánzar Rodríguez en la crítica  seguía un camino trillado por escritores de la talla de Manuel Valdepares, Rafael Añez Bergés, Rodrimur, Carlos Curiel y Santiago Lamela Geler, entre otros, que ya habían hecho críticas de cine en los diarios nacionales .
En estos cincuenta años,  Almánzar Rodríguez ha tenido oportunidad de colaborar con varios diarios y revistas nacionales, pues además del Listín Diario, donde se publica actualmente su columna semanal, ha colaborado con El Nacional, en los desaparecidos vespertinos Ultima Hora y La Noticia, y en las revistas  Ahora!  y Rumbo.
Igualmente, la crítica le llevó a la pantalla de la televisión, en la que se inició en Rahintel, canal 7, luego presentó una película cada noche en el canal 9 y hasta hace unos años en Telesistema y el canal 47, participaciones que han permitido que se le conozca en muchas lugares del país.
Además,  en la televisión también ha compartido comentarios con Pericles Mejías, Carlos Francisco Elías y el fallecido Arturo Rodríguez Fernández, con quien también produjo por más de diez años su programa radial “A la hora señalada”.
Actualmente, comparte con un grupo de jóvenes en el programa Cineasta.  Allí diariamente comenta junto a Pablo Mustonen, Hugo Pagán, Rubén Peralta y  Edwin Cruz, cinéfilos de la nueva generación de amantes del cine que se ha desarrollado en los últimos años en el país.
“Para mí este grupo y Cineasta ha sido una bocanada de aire fresco en mi recorrido como crítico de cine”, ha expresado Almánzar Rodríguez.
Desde sus inicios en la crítica Armando ha estado abierto a compartir con jóvenes estudiantes, impartiendo charlas en escuelas y colegios, participando en cine fórum o recibiéndolos para aclarar dudas e inquietudes.
Una vida de película
En estos cincuenta años, Armando Almánzar  ha compartido sus intereses personales entre la literatura y la crítica.  Como crítico de cine no ha ganado reconocimiento alguno, a veces insultos y diatribas, sin embargo como escritor ha sido reconocido en el 2012 con el Premio Nacional de Literatura en reconocimiento a su obra, ocasión en la cual el escritor Luis Martín Gómez escribió:
“La creación de un crítico de cine llamado Armando Almánzar cuajó en buen momento, cuando Santo Domingo abandonaba la ruralidad de los cuentos de Juan Bosch y se adentraba en las complejidades urbanas de los cuentos de Virgilio Díaz Grullón. Eran los años sesenta y desde entonces República Dominicana tiene un crítico cinematográfico emblemático, leyenda viviente del oficio, por sus invaluables aportes a la difusión y comprensión de este arte, a través de comentarios y análisis de películas por televisión, radio y prensa escrita, charlas, talleres y cineforum.”









domingo, 21 de julio de 2013

‘Turbo’ simpática, nada más



En efecto, como implica el título, esta historieta en dibujos animados tiene que ver con la velocidad. Pero, aunque parezca una contradicción, los personajes centrales son  casi todos caracoles, o sea, lo que por estos lados llamamos “babosas” que, como saben, se desplazan a una velocidad... que no lo es.
Pero, según lo escrito por Darren Lemke, Robert Siegel y David Soren, el personaje central, o sea, el caracol protagonista, adquiere velocidad increíble de buenas a primeras y decide competir y cosas por el estilo.

‘El Llanero Solitario’ valiente payasada


Por este medio dejamos perfectamente bien aclarado que, aunque no es el “cómic” el género cinematográfico que más nos place, siempre hemos dicho e insistimos en ello de nuevo en este instante preciso que para hacer cine del mejor no es necesario un género o géneros en especial, que con cualquiera, sea drama, musical, comedia, suspense, cual sea, se pueden hacer, como en efecto se han realizado, excelentes películas.
Y, como prueba de ello, sin ir más lejos, podemos citar “The Dark Knight”, de Christopher Nolan. Pero, por supuesto, estamos citando a Nolan, y no precisamente a Gore Verbinski.
Pero se hace evidente que el tal Verbinski es un señor, primero, que pone el dinero por encima de todo y, segundo, que es fácilmente manejable por el departamento de producción, que viene siendo confirmación del primer punto.O sea, que se luce haciendo “Piratas del Caribe”, pero le importa un rábano que los guiones de las subsiguientes secuelas sean puro mazacote y se presta obediente a hacerlas porque sabe, o se lo hacen saber sus “jefes”, que si la primera hizo muchísimo dinero la segunda, la tercera, la cuarta y quién sabe si alguna otra más van a hacer, por igual, muchísimo dinero.
No tienen que hacer gran esfuerzo para convencerlo.

domingo, 14 de julio de 2013

"Grupo 7": buena, interesante, aleccionadora


De seguro no igual que lo que se nos cuenta en este filme de Alberto Rodríguez, pero sí basada en hechos acaecidos en la Sevilla que se preparaba en 1985, para la fastuosa apertura de la Exposición Universal de 1992.
Y lo que sucedía, el por qué de lo sucedido, fue muy simple: la criminalidad andaba por sus fueros y las probabilidades de que disminuyera eran ínfimas; peor, con el aumento del turismo y el gran movimiento económico que iba ‘in crescendo’, todos estaban de acuerdo en que aumentaría. Y las autoridades de Andalucía, y las de España por igual, no estaban dispuestas a permitir una publicidad tan negativa.
Esa fue la razón para que se creara, solapadamente, el mencionado Grupo 7, que no era más que un equipo de unos cuantos agentes de la Ley que actuaba al borde mismo de la legalidad y, las más veces, fuera de toda ella.
Ese grupito, encabezado por Ángel y Rafael, hizo estragos en el bajo mundo a sangre y fuego.Ahora bien, esta historia que nos cuentan los guionistas Rafael Cobos y Alberto Rodríguez basándose en la historia que ellos mismos escribieron y que dirigiera el ya mencionado realizador Rodríguez, no es una simple película de golpes, tiros y muertos, va mucho más allá porque nos ofrece el panorama más amplio de lo que significó para esos agentes de la Ley, hombres normales de familia todos ellos, la idea de tener que salir prácticamente a diario a tomarse la justicia en sus manos. Nada trastorna más a un ser humano normal y corriente que tener que matar, y no nos referimos al mero hecho de estar al margen de la Ley sino lo que va minando poco a poco su mente.

“Arrobá”, a pensar algo mejor

José María Cabral es, como reza el cliché, “una joven promesa”. Su “Jaque mate”, sin ser nada del otro mundo, de todos modos funciona, es un buen trabajo con un par de secuencias estupendas como es la persecución del chantajeado por la policía y la prensa.

José María escribe sus guiones, y eso le da cierta ventaja sobre otros realizadores.
Por esa razón, como anda por otros senderos, como deja atrás las consabidas comediuchas y como esta, siendo comedia, ofrece una historia muy distante de los menjurges habituales, pues la esperábamos. Pero se nos cayó el palé.
Si bien inicia bien, con el trío en apuros económicos que decide robar un banco y todo le sale mal porque, claro, son un trío de imbéciles, luego de ese original arranque, tal y como cantaba EmmanuelÖ ¡“todo se derrumbó”!

“Titanes del Pacífico”: otro show de efectos especiales

Pero, a más de ser el ya acostumbrado show de eso, de los ya tan manoseados efectos, “Titanes del Pacífico” tiene otras tres desventajas. Primero, dura dos horas y 11 minutos. Segundo, de tanto dar la lata con los efectos y reiterando lo mismo, llega a ser aburrida, y, tercero, lo que nos cuenta, pretendida ciencia-ficción aparte, es un perfecto disparate.
Desglosemos: Primero y segundo, como ya dijimos, se pasan todos esos 131 minutos como los galleros (que dicen que jugar gallos es un deporte, jua jua) poniendo en el ruedo, o sea, alrededor del muy amplio océano Pacífico, a un motrúcalo (Kwaji o algo por el estilo) a salir de las aguas para entonces enfrentarle a un motrúcalo bueno, o sea, un enorme robot manejado por dos humanos que van instalados dentro y que, como en los juegos de video, van accionando brazos, piernas y el cuerpo para responder a las embestidas del otro.
Y eso lo hacen tantos veces que, por lo menos nos sucedió a nosotros, estábamos deseando que los malos ganaran y acabaran con la raza humana en su totalidad para que se acabara con ello la pendÖla película.
Debieron hundirse todos.

domingo, 7 de julio de 2013

‘Mi villano favorito 2’



Hace poco más de un año tuvimos la suerte de ver “Despicable Me”, una película animada que nos llegó muy adentro.
Ahora, los mismos creadores de la primera vuelven con el ahora humanizado señor Gru, con las tres adorables niñitas, con el Dr. Nefario, y la multitud de bichitos adorables y tan capaces de crear situaciones cómicas, y con un villano terrible: Eduardo, un mejicano que es, en realidad, “El Macho”.
Y, claro, Lucy, una delgada joven que es agente del FBI y que va a ser la compañera de Gru cuando a este le requiera el gobierno para atrapar al villano, y que se habrá de convertir en la Julieta, en la Dulcinea de nuestro buen amigo Gru.
Es entretenida, no tiene enredos innecesarios: el tal “El Macho” ha descubierto una insana poción con la cual, al ser alguien inyectado con ella, se trastoca en un monstruo y eso, como es de suponerse, puede convertir a nuestro mundo en todo un infierno.
El problema es que a Gru no le interesa el asunto y, cuando sí comienza a interesarle, no el problema, sino Lucy, entonces los del FBI dicen que ya está solucionado, y allá va a dar la Julieta nada menos que a Australia.
Se diviertirá quien la vea, a los pequeños les vi entusiasmados chillando a más y mejor, a los padres muy afanados comprando palomitas y refrescos (voy a solicitar al Estado la concesión de uno de esos llamados “Candies”) y nosotros también lo pasamos bien.

‘Nada es como parece’

Viendo “Nada es lo que parece” (“Now You See Me”), nos podemos dar cuenta de que ese señor, Louis Leterier, sabe manejar bien la edición, su director de fotografía (‘sus’ porque son dos y no sabemos por qué endiablada razón) saben, en este caso, dar los toques precisos para lograr los efectos deseados por el realizador.
De manera que esta historia de magos, algunos de cierta relevancia y capacidad, otros solamente buenos como prestidigitadores, habilidad que les sirve para otro “oficio” que no tiene nada de magia, como es el de carterista, que, de buenas a primeras, convocados por el millonario Arthur Tresler, inicien una nueva carrera en el mundo de la magia.
Todos ellos unidos para un primer acto ante toda una multitud para llevar a cabo algo tan asombroso que, precisamente por ello, no hemos de contarles a ustedes porque para eso es la taquilla, para que la compren y entonces sí puedan saber eso que mencionamos como asombroso, atonizante, abracadabrante.
Con todo este exordio tan florido lo que deseamos hacerles saber, a ustedes, los que habitan las salas de cine todos los días de la semana, muy a pesar de que ahora son tantos que casi se nos hace imposible contarlos, es que la película, que puede calificarse como una especie de “thriller” sin detalles sangrientos pero sí con cierta apreciable dosis de acción, es que la historieta que nos cuenta el Sr. Leterier puede resultarles entretenida, que lo más probable es que no salgan con el ceño fruncido como si hubieran estado enfrentando un producto de Leidsa con brincoleros haciendo comerciales.